Es comprensible que muchos padres se sientan preocupados por la radiación al considerar una radiografía dental para sus hijos. Sin embargo, gran parte de esta inquietud proviene de la desinformación. Hoy, quiero aclarar algunas dudas comunes.

Cada día estamos expuestos a radiación natural de nuestro entorno y del espacio exterior. La cantidad de radiación que recibimos varía según el país y la altitud en la que vivimos. Para ponerlo en perspectiva, la radiación de una radiografía dental es significativamente menor que la que absorbemos en un solo día.

Por otro lado, las radiografías dentales convencionales exponen al paciente a aún menos radiación, aproximadamente 0.001 mSv. Esta radiación es equivalente a la que adquirimos cuando viajamos en avión en un vuelo de 30 minutos. Estás radiografías se utilizan para evaluar condiciones específicas como traumas, caries y abscesos.

En resumen, las radiografías son herramientas diagnósticas esenciales para los odontólogos. Gracias a ellas, podemos ofrecer diagnósticos más precisos y tratamientos más efectivos. La salud dental de tu hijo es una prioridad, y las radiografías son un recurso valioso en este proceso.