La pérdida dental es una consecuencia muy común de los problemas dentales no tratados a tiempo. La ausencia de piezas dentales no es sólo un simple problema estético, sino que influye negativamente en el funcionamiento de nuestra boca e incluso del resto del organismo.
Los implantes dentales junto con la prótesis son la forma más natural e ideal de reemplazar las piezas dentales perdidas. Estos sustituyen la estructura del diente recuperando así la funcionalidad original. Bajo el tratamiento, la raíz del diente perdido es sustituida por un tornillo de titanio. Al ser 100% biocompatible, se reduce el riesgo de rechazo por el cuerpo, y se favorece la oseointegración.
La oseointegración es un proceso biológico por el cual el implante queda integrado de manera directa en el hueso del maxilar y/o mandíbula. La unión se hace tan fuerte que puede soportar una prótesis para devolver al paciente su estética y sus funciones normales de masticación. Los implantes pueden durar muchos años, si se les da el cuidado necesario.
Las Clínicas Dentales Madenta, cuentan con la tecnología más avanzada a nivel mundial en materia de implantes y biomateriales de última generación. Los implantes utilizados son de titanio puro y se cuenta con una amplia gama de formas, diámetros y longitudes según la modalidad más adecuada para su maxilar.
La colocación de un implante exige un alto nivel de especialización. En Madenta contamos con profesionales expertos a su servicio para éste y todo tipo de tratamientos para conservar su salud oral.
La pérdida de tejidos que soportan los dientes en nuestros maxilares es causada por diversos factores: trauma o fractura dental, periodontitis (enfermedad de las encías) y/o dientes perdidos por caries, movilidad o tratamientos de conducto fallidos.
Al perder dientes, el hueso de los maxilares se reabsorbe, debiendo ser regenerado en ocasiones para lograr una rehabilitación exitosa por medio de implantes y protesis dentales. Las terapias regenerativas de tejidos perdidos eliminan o mejoran los defectos creados en el hueso o encía, por medio de injertos óseos y membranas de colágeno.
Un injerto óseo se define como una porción de hueso que, después de ser retirada de su origen donante, es llevada a un sitio receptor diferente para reforzar el tejido existente o corregir un defecto. Tales injertos deben ser biocompatibles con los tejidos humanos, ser altamente seguros, con bajo riesgo de infección y fáciles de usar.
Entre los injertos óseos usados en regeneración están los autoinjertos (del mismo individuo), aloinjertos (individuos distintos de la misma especie), xenoinjertos (de especies distintas) e injertos aloplásticos (sintéticos). Los autoinjertos son considerados el idea, pero su disponibilidad es limitada. Los xenoinjertos más utilizados en la actualidad son el hueso bovino y el coral natural. En cuanto a las membranas, son comúnmente de colágeno, y fungen como barreras que aíslan al injerto de hueso para lograr el objetivo de regeneración.
Madenta cuenta con especialistas en regeneración de tejidos y le ofrecen las mejores opciones de tratamiento, utilizando una gama de materiales disponibles de la más alta calidad.